Un monumento es una obra arquitectónica cuyo valor artístico,
histórico y social para el grupo que se dirige, pero el término se
aplica a la estructura que se construía a un personaje en memoria de un
acontecimiento relevante. Su uso se fue extendiéndose y ha llegado a
comprender cualquier construcción histórica enclavada en un núcleo
urbano o aislada en el medio rural.
En Bogotá, el templete del libertador fue realizado por Pietro
Cantini Loi en pleno siglo XX para el Parque de los Periodistas y tiene
una figura geométrica con la imagen de Simón Bolívar. Se encuentra
rayado, por los transeúntes ya sean de la calle o no están perjudicando
la imagen turística de la ciudad.
Luego está La Rebeca, cuyo autor es Roberto Henao Buriticá. Queda
entre las carreras 12 y 16, y calles 25 y 26. La obra está rodeada de un
espejo de agua y un acercamiento de piedra se le ha hecho una
restauración, debido a la construcción de la calle 26 se le cayó la
nariz que fue construida de nuevo.
Además la obra de la reina Isabel y Colón, del artista Cesare
Sighinolfi se encuentra en la Avenida El Dorado con carrera 99 en
conmemoración del descubrimiento de América fue trasladada por los 450
años de Bogotá, pero está manchada por los barristas, inclusive quedan
firmas, y queda inclusive sucia la estatua del colonizador Cristóbal
Colon.
Según María Malagon, restauradora de Bienes y Servicios restaurará la
calle 26 el próximo año ya que los recursos estarán hasta ese tiempo.
Indicó que hay un problema de apropiación por parte de los bogotanos que
no divulgan sus ideas para que haya una restauración y mantenimiento
del monumento.
Pero hay un acuerdo, el 291 de 2010, que habla acerca de que las
fachadas de casa, los iluminados, la propiedad privada (edificios), y
los bienes que representan historia (monumentos) se puede hacer el uso
de espacio público en lugares específicos para grafiteros que comunican
sus ideas.
Además las personas que son o no de Bogotá tienen un aerosol que
pinta su inconformismo por las marchas que ha habido, las protestas que
se dirigen al centro, y los hinchas de los equipos (Santa Fe y
Millonarios) que creen que realizan arte pero es lo contrario fomentan
el vandalismo.
Pero estos monumentos tienen una explicación para el ciudadano que
las visite por parte de Gabriel Pardo, director del Instituto Distrital
de cultura: “otra sería Bogotá sin monumentos en el espacio público que
no solo se adornan, sino que también cuenta la historia de la ciudad y
acompañan a la gente”.
El Instituto de Patrimonio Distrital y Cultural tiene a cargo más de
700 esculturas que anteriormente compartían con el Instituto de
Desarrollo Urbano (IDU) y que por decreto pasarán a manos de esta
entidad del distrito, aunque el desconocimiento de la gente por no tener
una identidad por los homenajes que les hacemos a nuestra cultura
occidental y colombiana.
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